Durante siglos la seda ha sido sinónimo de refinamiento y riqueza y se ha usado como moneda de cambio gracias a la delicadeza de su tejido, su suavidad y su resistencia. Hoy te contamos cómo la seda ha pasado de ser un textil solo accesible a los emperadores chinos a formar parte de algunas de nuestras prendas y tejidos del hogar.
Según la tradición china, la historia de la seda comienza en el siglo XVII a.C. y durante muchos siglos muy pocos sabían en esta región del secreto para fabricarla. No llegó a Europa occidental hasta la Edad Media donde se usó en los hábitos de la alta alcurnia eclesiástica y la de los nobles.
Durante la Revolución Industrial, sobretodo en las fabricas británicas con su producción algodonera, fue un gran momento para poder explotar el uso de la seda ya que se contaba con la maquinaria adecuada pero los gusanos de seda contrajeron una enfermedad y la producción de la seda cayó en picado lo que la volvió a convertir en un material más demandado del que estaba accesible para sus compradores.
Cómo se cultiva y fabrica la seda
La sericultura es la producción de seda cultivada. Su proceso comienza cuando la mariposa deposita los huevos (entre 300 y 600 por mariposa). De 10gr. de huevos pueden nacer al cabo de 7 días, unos 12.000 gusanos que llegan a comer a lo largo de sus 35 días de vida hasta 400 Kgs, de hojas de morera, lo que produce unos 10 kg de capullas lo que logra solo unos 2 kg. de seda.
Tras su período de nacimiento, los gusanos adultos empiezan a crear los capullos, segregando la seda a través de sus glándulas. Como observarás cada hilo de seda es realmente fruto de mucho trabajo artesanal y esfuerzo.
Actualmente los países asiáticos son los mayores productores de seda, China lo encabezaría seguida por Japón. Los seguiría Italia, Francia, Grecia Rumanía y España.
Un toque especial
La seda sigue aportando un toque de lujo y refinamiento a todos los tejidos no solo en prendas de vestir si no en tejidos del hogar lo que por una parte aporta una intensidad mayor de los colores ya que es una fibra que absorbe muy bien los tintes si no que aumenta el nivel de glamour en una decoración más nórdica y natural.
Una de las ventajas de la seda es que se trata de una fibra que absorbe los tintes de los colores con una intensidad y brillo superiores
Pero no hay que olvidar que la seda no solo está presente en los tejidos si no que se ha convertido en un aliado importantísimo para el mundo de la cosmética ya que sus proteínas tienen efecto hidratante, calmante y cicatrizante lo que lo hacen perfecto para sus tratamientos faciales y corporales.