Durante y tras los momentos más difíciles de la historia el lujo encarnado en el mercado de la moda, la belleza, las viviendas, experiencias y los automóviles hicieron soñar y creer que existía un futuro mejor. Pero cómo se desenvuelve ¿el mundo del lujo en momentos difíciles?
El mercado del lujo a nivel mundial ha venido creciendo una media de un 5 a un 8% anualmente alcanzando los 1,5 billones de euros en 2019 hasta la llegada de la recesión y la caída de la pandemia. Pero más allá de los datos la necesidad del ser humano por evadirse de su realidad actual y soñar que puede acceder a las experiencias más increíbles o vestir el último traje de Chanel hace que el mundo del lujo siempre esté latente.
Cada período histórico significativo ha venido sucedido por la necesidad del ser humano de volver a sentir la vida y dejar atrás las experiencias traumáticas vividas. Por ejemplo, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, París volvió a reivindicarse como la capital de la moda y los talleres que habían permanecido cerrados comenzaron, progresivamente, a activarse de nuevo con Dior a la cabeza. Así con el fin del racionamiento de tejidos y ropa llegó la era de la ostentación de todo aquello que había estado limitado: tacones, lápiz de labios, guantes y faldas.
El lujo que vendrá
Según las previsiones se cree que el mercado del lujo recuperará su vigor en un año o dos (siempre dependiendo de la ansiada vacuna) pero mientras tanto varios estudios ya vaticinan cómo será ese nuevo mundo del lujo.
El lujo clásico siempre estará ahí (viviendas espectaculares en las mejores zonas de la ciudad, jets privados, experiencias increíbles o accesorios y ropa de grandes diseñadores) pero lo que puede cambiar es la forma de llegar a ellos y de consumirlos. La personalización, la compra online y las generaciones Y y Z como nuevos consumidores se abren paso. Se calcula que estos últimos representarán aproximadamente el 55% del mercado en 2025 y compensarán la disminución de venta de generaciones anteriores.
La personalización de los productos y hasta de las experiencias es una tendencia que ya lleva varios años en marcha y que se consolida cada vez más. Viviendas a la medida de las necesidades de cada comprador, un viaje que nos permita realizar las actividades más únicas en entornos exclusivos o un bolso Louis Vuitton que tenga nuestras iniciales es ya una realidad y lo será aún más en el futuro.
Aunque es difícil sustituir el tacto de una falda de Prada o las sensaciones que nos produce el sentarnos al volante de un coche Tesla o los olores a los que nos puede transportar la visita a una casa increíble cada vez más los clientes del mercado del lujo se están acostumbrando a conocer y personalizar sus compras a través de sus dispositivos móviles lo que supone una oportunidad también para las marcas de acercarse sin restricciones de movilidad a sus clientes y para estos últimos la oportunidad de seguir conociendo y soñando con los mejores productos y experiencias de lujo del mercado sin necesidad de moverse de su sillón