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Arte / portada / Moda / 05.12.2020

Anillo oro puro/oro blanco

¿Tiene la misma pureza un anillo de oro amarillo o de oro blanco? ¿Es el oro amarillo mejor que el blanco? ¿Cuál es más duradero? ¿Qué dictan las últimas tendencias?

Todas estas son las preguntas que nos formulamos en aquellos momentos donde el regalo de un anillo de oro significa un hito importante en nuestra vida como es en el compromiso de boda o la elección del anillo de matrimonio.

Lo primero y más importante es desterrar mitos. Un anillo de oro no significa que sea de oro puro (o de 24 quilates). El oro puro sería demasiado blando por lo que se mezcla con otros metales que le permiten aumentar su dureza, ductabilidad y longevidad.

Así un anillo de oro macizo significa que es todo de oro y que no está vacío por dentro, independiente de su composición. Es en esta mezcla con otros metales donde se produce la aleación y lo que origina la diversidad de colores y pureza final de la pieza.

El oro de 18 quilates (18k), conocido también como de 750 milésimas contiene 750 partes de oro puro mezcladas con 250 partes de otros metales. A más milésimas mayor proporción de oro puro. Como curiosidad, en España el oro más común es el 750 mls sin embargo en Alemania el habitual es el 585 mls que es un poco más duro (ya que tiene más metales, como hemos visto) y es algo más económico.

El color del oro no define su calidad ya que todos tienen la misma composición de oro puro (750 mls). Los más habituales son el oro amarillo, el oro blanco y desde hace unos años está cobrando mucho protagonismo el oro rosado y el oro negro. Repasemos los dos primeros y sus diferencias en cuanto a su composición porque a la hora de elegir uno u otro primará siempre el gusto particular por la pieza y el color de la joya.El oro amarillo es el más común y está aleado con plata y cobre. Cuando el anillo tiene un tono más plateado significa que el oro es menos puro, a mayor pureza mayor intensidad en el tono amarillento. El oro de 18 quilates es más cálido y radiante, el de 14 quilates es un poco más duro y el 8 o 9 quilates el más asequible.

El oro blanco ha ido cobrando protagonismo en los últimos años y se le llama “el nuevo oro amarillo”. Es el preferido en los anillos de compromiso y desde hace unos años compite al 50% en las elecciones como anillo de boda. El oro blanco se forma con plata, cobre, zinc y a veces paladio (un metal blanco de la familia del platino).

Los anillos de oro blanco suelen llevar un recubrimiento superficial de rodio (otro metal blanco de la familia del paladio y el platino) y que le da ese color gris claro o perla que lo hace tan especial. Pero ¿cómo conservar ese baño brillante tan bonito?

La composición del anillo de oro blanco es la que dictará su conservación. Los que en su interior contienen paladio (con un precio más alto que aquellos que no cuentan con él) mantendrán su aspecto durante toda la vida. Si el anillo está recubierto de rodio (lo más habitual) y el uso ha hecho que se desgaste se puede aplicar una fina capa de este material. Es un procedimiento sencillo y económico que hará que el brillo vuelva a esta joya única.

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