El método Montessori, el famoso método acuñado por miles de escuelas de educación infantil y que tiene una clara definición: proveer un ambiente preparado, ordenado, estético, simple y real, donde cada elemento tiene su razón de ser en el desarrollo de los niños.
Pues no es de extrañar, que muchos padres quieran llevar esta metodología a los rincones donde los más pequeños se van a desarrollar y donde más tiempo van a pasar. Por ello, vamos a daros las pautas necesarias para crear el entorno más favorable para la habitación de vuestro bebé.
La habitación debe estar creada a la medida de los niños, con estanterías bajas y distintas medidas de mesas, sillas, donde los niños algo más mayores puedan sentarse individualmente o en grupos, o colchones muy bajos donde tumbar a nuestro bebé. Lo ideal es situar un colchón en el suelo lo suficientemente firme como para que le permita mover su cuerpo sin problemas, pero que sea un poco blandito para que le proporcione comodidad.
En este espacio no debe haber impedimentos para su visión, ya que debe poder observar toda la habitación para que pueda hacer una idea global en su mente.
La habitación debe estar dividida en áreas temáticas donde repartir los muebles y los juguetes, para así permitir un rango mayor de movimientos y una clara diferenciación de cada rincón. De este modo, el niño puede moverse e interactuar con el entorno a su propio estilo y ritmo.
El ambiente promueve la independencia del niño en la exploración y el proceso de aprendizaje. La libertad y la autodisciplina en la habitación hacen posible que cada niño encuentre actividades que dan respuesta a sus necesidades evolutivas según en qué zona se encuentre de la misma.